Todos sabemos que los verdaderos propósitos no se hacen en enero, sino en septiembre. Con el nuevo curso estrenamos cuadernos, bolis, libros… y planes vitales. Si organizarte mejor está en tu lista de este año, hay un método que está triunfando en internet y que probablemente pueda ayudarte: el Bullet Journal.
En un mundo en el que cada vez dependemos más de lo digital, a veces la mejor manera de aclararse las ideas es coger papel y boli y escribir a mano. Hacer listas es terapéutico; dejar tus tareas apuntadas te libera la mente, y tachar cada actividad realizada es un auténtico subidón de dopamina.
Paradójicamente, ha sido en internet donde se ha puesto de moda: Instagram se ha llenado de agendas de colores, con dibujos, pegatinas y caligrafías imposibles. Pero no hace falta ser un artista para tener un bullet journal funcional. Lo bueno de este método ideado por el neoyorkino Rydel Carroll es, precisamente, que se adapta completamente a tus necesidades; eres tú quien decide qué incluir y qué espacio dedicar a cada apartado. ¿Preparado?
Qué necesitas para tu Bullet Journal
- Un cuaderno
- Un boli
¡Eso es todo! Probablemente ya tengas en un cajón todo lo necesario para poner tu vida en orden.
Cómo empezar
Puede que no lo parezca a primera vista, pero es muy fácil de hacer. Lo primero: deja una página para el índice. En él irás apuntando dónde está cada apartado para poder encontrar todo fácilmente. Por eso es importante que luego vayas numerando cada página.
Lo segundo: el plan de futuro. Escribe una lista con todas las cosas que tienes que recordar a largo plazo (¡y deja espacio para ir añadiendo lo que vayas necesitando!) Cumpleaños, plazos de entrega, exámenes, viajes; todo lo que se te ocurra.
Cada primer día de mes, haz una planificación mensual: apunta todo lo importante en una lista con todos los días del mes. Así tendrás una vista general de cómo va a ser tu mes. Puedes escribir las metas que tienes ese mes: proyectos, planifica tu estudio, organiza tu preparación de apuntes (¡o tu búsqueda de apuntes!)
Después, las tareas diarias. Escribe todo lo que necesites: cosas que tienes que hacer, cosas que has hecho, eventos… Para diferenciar unos de otros, los símbolos son muy importantes. Puedes elegir los que prefieras, pero los que proponen en la página oficial son:
- para las tareas
x para las tareas completadas
o para los eventos
> para las tareas aplazadas
– para las notas
¡Pero hay infinidad de opciones! Puedes añadir un * a lo más importante, diferenciar las categorías por colores… Es tu agenda y tú la adaptas a tu estilo de vida.
Si no llegas a completar una tarea, no pasa nada: puedes aplazarla al día siguiente (>). Cuando quieras, puedes añadir otras cosas además del calendario, como listas de cosas específicas: películas que quieres ver, cosas que tienes que meter en la maleta…
Por qué la gente se ha vuelto loca con él
Porque es facilísimo: la idea es escribir lo más claro y corto posible en el momento en que lo necesites. Pero, sobre todo, por la flexibilidad que ofrece: puedes escribir tus notas, un pequeño diario, tus metas, un “habit tracker” para hacer un seguimiento de tus costumbres…
Porque el bullet journal no es una simple lista de tareas. Tampoco es solo un diario. Es el lugar donde puedes escribir todo lo que necesites, sobre la marcha. Además de ser muy útil para tu día a día, en el futuro tendrás una especie de librería de diarios de cada año, que podrás consultar cuando quieras.
Ya no hay excusa: es el momento de dejar de procastinar y hacer lo que tengas que hacer. La satisfacción de tachar tareas puede ser adictiva.
